Cistocele: Qué es, Síntomas y Tratamiento

Dra. Escudero Turpín

El cistocele, una condición que afecta a muchas mujeres, es un tema importante en la salud femenina. Siendo una de las preocupaciones más comunes en aquellas mujeres que ya han pasado la menopausia o que están por tener un bebé, decidimos crear el siguiente post. En este artículo te explicaremos qué es exactamente cistocele, como identificar sus síntomas y cuáles son las opciones de tratamiento disponibles. 

¿Qué es el cistocele?

El cistocele, conocido también como prolapso vaginal interior, constituye una condición en la que los tejidos de soporte alrededor de la vejiga y la pared vaginal experimentan debilitamiento y estiramiento. Este debilitamiento posibilita que la vejiga y la pared vaginal se desplacen hacia el canal vaginal. El cistocele es clasificado como el tipo más frecuente de prolapso de órganos pélvicos (POP).

Síntomas

Los síntomas asociados al cistocele varían en intensidad dependiendo del historial de la persona, las razones por las que se causó y del avance de la afección, siendo los más comunes:

  • Sensación de presión o pesadez en la vagina y la necesidad frecuente de orinar.
  • Sensación de quemazón o irritación durante la micción y malestar al pasar la orina.
  • Pérdida de orina involuntaria al realizar actividades como reír, toser, estornudar o al realizar esfuerzos físicos.
  • Dificultad para expulsar por completo la orina, aumentando el riesgo de infecciones del tracto urinario, así como la necesidad de orinar incluso después de hacerlo.
  • En algunos casos, puede presentarse un agrandamiento de tejido en la zona vaginal, perceptible tanto a la vista como al tacto.
  • Malestar o dolor en la región pélvica o vaginal. 
  • Experimentar molestias o dificultades durante las relaciones íntimas, así como la disminución del placer.

Causas

Comprender las causas subyacentes de esta afección es crucial para su prevención y su manejo efectivo. Si no logramos identificar por qué pasa no podremos evitar que vuelva a pasar. Las causas que pueden generar cistocele son:

Embarazos y partos vaginales

El proceso del parto vaginal ejerce una presión significativa sobre los músculos y tejidos del suelo pélvico. Este suelo pélvico, una compleja red de estructuras que sostienen órganos clave como la vejiga, el útero y el recto, se termina debilitando con el tiempo.

Menopausia

La menopausia marca un período en el cual los niveles de estrógeno disminuyen. Este descenso hormonal conlleva el debilitamiento de los músculos y tejidos, contribuyendo así al desarrollo del cistocele.

Obesidad

El exceso de peso corporal genera una presión adicional sobre los órganos pélvicos. Esta presión continua incrementa el riesgo de prolapso al comprometer la integridad de los tejidos de soporte.

Tos crónica

La tos persistente es un factor de riesgo porque genera una presión constante sobre los órganos pélvicos. Este esfuerzo repetitivo genera debilitamiento.

Cirugía pélvica previa

Intervenciones quirúrgicas, como la histerectomía, que involucran la manipulación de los órganos pélvicos, también debilita los tejidos de soporte.

Edad avanzada

El proceso natural de envejecimiento conlleva cambios en los tejidos y músculos del cuerpo, incluido el suelo pélvico. 

Levantar objetos pesados con frecuencia

La práctica repetida de levantar objetos pesados somete a los músculos del suelo pélvico a tensiones excesivas.

Estreñimiento crónico

El estreñimiento persistente también genera una presión excesiva y constante, para la que los tejidos y músculos del suelo pélvico no están preparados.

Tratamientos

No hay un único tratamiento para el cistocele debido a que cada uno es diferente. Cada paciente presenta características individuales y condiciones de distinta gravedad, por lo que los tratamientos deberían ser creados de forma personalizada y adaptable. Dentro de las opciones de tratamientos podemos encontrar:

Ejercicios de Kegel

Los ejercicios de Kegel son una herramienta efectiva para fortalecer los músculos del suelo pélvico. La contracción y relajación de estos músculos, replicando el acto de detener el flujo amarillo o el flujo de orina, se realiza en repeticiones de 5 segundos, aproximadamente 10 veces. Este enfoque es especialmente eficaz en las etapas iniciales del cistocele.

Cambios en el estilo de vida

La adopción de cambios en el estilo de vida, como la pérdida de peso y la cesación del tabaquismo, juega un papel crucial en la reducción de la presión sobre los órganos pélvicos. Estos ajustes, aunque simples, pueden ser fundamentales para el manejo de casos leves también.

En situaciones más complejas y graves, se considera la opción de intervenciones especializadas, como la cirugía. Dos enfoques quirúrgicos comunes son:

Reparación vaginal

A través de la vagina, el cirujano reposiciona la vejiga en su lugar normal y refuerza los músculos y tejidos de soporte. Para poder tener una correcta detección del problema es aconsejable realizar una ecografía y recomiendo las ecografías 4D en Granada

Reparación abdominal

Realizado mediante una incisión abdominal, este método busca restablecer la posición de la vejiga y fortalecer los músculos y tejidos de soporte.

El principal lado negativo de estas dos últimas opciones de tratamiento es que conllevan un periodo de recuperación y un mayor riesgo. La duración de la recuperación variará, pero en general, los pacientes pueden anticipar volver a sus actividades normales en unas semanas. El seguimiento preciso de las indicaciones médicas es crucial para una recuperación óptima. Además, como con cualquier procedimiento quirúrgico, pueden surgir efectos temporales como molestias, hinchazón o cambios en la función urinaria. Estos de todas formas suelen ser manejables y de naturaleza transitoria.

Prevención

Aunque no existe una fórmula infalible para prevenir por completo el cistocele, incorporar ciertos hábitos y prácticas en tu vida cotidiana logrará reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta afección. Nuestras recomendaciones son:

Gestiona tu peso

Mantener un peso saludable es fundamental, no solo para evitar desarrollar prolapso, sino también para mejorar la salud en general y disminuir en otros factores de riesgo.

Abandonar el hábito de fumar

Dejar de fumar es esencial, ya que el tabaquismo debilita los músculos del suelo pélvico.

Ejercicios de Kegel como rutina habitual

Integrar los ejercicios de Kegel en tu rutina es una forma efectiva de fortalecer los músculos del suelo pélvico. 

Levante objetos pesados con seguridad

Al levantar objetos pesados, es esencial utilizar la técnica adecuada. Flexionar las piernas en lugar de la espalda al levantar carga previene la tensión indebida y reduce las posibilidades de lesión.

Tratamiento de la tos crónica

Tratar de manera activa y efectiva cualquier tos crónica es vital. Consultar con un profesional de la salud para identificar y tratar las causas subyacentes de la tos contribuye a la prevención del cistocele.

Impacto psicológico y emocional

El cistocele tiene un impacto significativo en la salud física y emocional de las mujeres. Los síntomas, como la incontinencia urinaria y la sensación de presión o pesadez en la vagina, llegan a causar vergüenza, ansiedad y depresión. En los casos más graves, el cistocele puede provocar problemas para mantener relaciones sexuales, afectando a la autoestima y la confianza.

Es importante que las mujeres que están pasando por una situación así busquen ayuda psicológica y emocional si la necesitan. Un terapeuta es la persona ideal para que les ayude a manejar los síntomas físicos y emocionales, así como desarrollar estrategias para mejorar su calidad de vida. Si tú o alguien que conoces experimenta alguna de las siguientes consecuencias debido al prolapso, es imperante la ayuda profesional de forma inmediata:

  • Vergüenza al punto de no poder hacer vida normal.
  • Ansiedad generalizada.
  • Depresión, esta es más común cuando el problema lleva mucho tiempo afectando la calidad de vida de la persona. 
  • Problemas de imagen corporal.

Aparte de la ayuda profesional, hay alternativas que proveen de soporte y apoyo, como por ejemplo:

  • Grupos de apoyo.
  • Hablar con amigos y familiares sobre sus sentimientos.

E incluso muchas veces es necesario recurrir a algún centro ginecológico para un buen diagnóstico. Te recomiendo los servicios ofrecidos por la Dra. Escudero. La Dra. Escudero Turpín no solo cuenta con una destacada trayectoria en Ginecología y Obstetricia, sino que también ha demostrado un compromiso continuo con la salud integral de las mujeres. 

Conclusión

En resumen, el cistocele es una condición que logra causar incomodidad y afectar la calidad de vida de forma profunda y severa de las mujeres. Sin embargo, con el diagnóstico y tratamiento adecuados, es posible manejar los síntomas y llevar una vida normal. Si experimentas alguno de los síntomas mencionados en este artículo, te recomendamos que consultes a un profesional de la salud cuanto antes. Recuerda, tu salud es lo más importante.

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