El herpes genital es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más comunes y prevalentes en todo el mundo, llegando a afectar aproximadamente a una de cada seis mujeres en edad reproductiva, según datos epidemiológicos. Esta condición, que es causada predominantemente por el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2), aunque también puede ser provocada por el tipo 1 (VHS-1), tiene un impacto significativo en la salud física y emocional de quienes la padecen.
A diferencia de otras ITS, el herpes genital es una infección crónica, lo que significa que el virus permanece en el organismo de por vida después del contagio inicial. Sin embargo, esto no implica que todas las mujeres infectadas experimenten síntomas graves o recurrentes. De hecho, muchas portadoras del virus pueden no presentar manifestaciones clínicas evidentes, lo que aumenta el riesgo de transmisión involuntaria a parejas sexuales.
En este artículo encontrarás una guía completa y actualizada sobre el herpes genital en mujeres, abordando desde los aspectos más básicos de la infección hasta las últimas recomendaciones terapéuticas y preventivas.
¿Qué es el herpes genital?

El herpes genital es una infección causada por el virus del herpes simple (VHS), principalmente por el tipo 2 (VHS-2), aunque el tipo 1 (VHS-1), asociado comúnmente al herpes labial, también puede causarlo. Esta enfermedad se transmite a través del contacto sexual y se caracteriza por la aparición de ampollas dolorosas, úlceras y picazón en la zona genital.
Una vez que el virus ingresa al cuerpo, permanece de por vida en las células nerviosas, pudiendo reactivarse de manera periódica y causar brotes recurrentes.
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Causas y factores de riesgo
El herpes genital se transmite exclusivamente por contacto directo con las zonas infectadas, ya sea durante relaciones sexuales vaginales, anales u orales, o a través del intercambio de fluidos corporales. El virus ingresa al organismo a través de microscópicas rupturas en la piel o las membranas mucosas de los genitales, la boca o el ano.
Los principales mecanismos de transmisión del herpes genital en mujeres son el mantener contacto sexual sin protección, ya que el uso inconsistente de preservativos aumenta el riesgo de manera drástica, la transmisión vertical de madre a hijo que ocurre durante el parto vaginal, si es que la madre tiene un brote activo de herpes. En casos muy raros también puede darse la autoinoculación, al tocar lesiones activas y luego otras zonas del cuerpo como los ojos.
Los factores de riesgo conductuales implican prácticas como el tener múltiples parejas sexuales, el tener un inicio temprano de actividad sexual, el tener antecedentes de otras infecciones de transmisión de sexual como el VIH, que debilita el sistema inmunológico.
Entre los factores biológicos, el ser del sexo femenino implica que las mujeres tienen mayor riesgo de contagio que los hombres debido a la mayor superficie mucosa expuesta. Además, quienes tienen un sistema inmunológico comprometido, ya sea por quimioterapia, estrés crónico o diabetes no controlada, son más vulnerables a contraer herpes genital.
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¿Cómo actúa el virus en el cuerpo femenino?
Tras la infección inicial, el VHS sigue un ciclo bien definido en el organismo femenino. En la fase de replicación inicial el virus penetra las células epiteliales de la mucosa genital, donde se multiplica activamente, causando las primeras lesiones (ampollas y úlceras). Luego se da la latencia en ganglios nerviosos, después de la infección primaria, en la que el virus viaja a través de las terminaciones nerviosas sensitivas hasta los ganglios sacros (en la base de la columna vertebral), donde permanece «dormido» e inaccesible al sistema inmunológico.
La reactivación y los brotes recurrentes se dan por diversos factores como el estrés, la fiebre o la menstruación, que pueden reactivar el virus, que viaja de vuelta por los nervios hasta la piel, causando nuevos síntomas.
Síntomas del herpes genital en mujeres
Los síntomas pueden variar dependiendo de si es el primer brote o si se trata de una recurrencia.
Primer brote
Los síntomas incluyen dolor, picazón y ardor en la zona genital, la aparición de pequeñas ampollas que se rompen y forman úlceras dolorosas, los ganglios se inflaman en la ingle y hay fiebre, dolor muscular y malestar general, con síntomas similares a los de la gripe.
Este brote suele ser el más intenso y puede perdurar de 2 a 4 semanas.
Ubicación común
La infección se suele situar en la vulva, la vagina y el cuello uterino, en el ano y en los muslos y en la boca si es que hubo contacto oral.
Brotes recurrentes
Estos brotes son más leves y duran menos, de 5 a 10 días. Algunas mujeres experimentan hormigueo o picazón antes de que aparezcan las lesiones.
Síntomas sin lesiones visibles
Muchas mujeres tienen herpes asintomático o con síntomas leves, lo que favorece la transmisión sin saberlo.
Pruebas y diagnóstico
El diagnóstico del herpes genital se basa en tres pilares fundamentales. En primer lugar se realiza una evaluación clínica en base al historial médico, donde se buscan antecedentes de lesiones genitales recurrentes, y un examen físico para inspeccionar úlceras, ampollas o costras características de un brote de herpes genital.
Luego, se realizan pruebas de laboratorio en el que se toman muestras de las lesiones activas con un hisopo, el cual es ideal realizar en las primeras 48 a 72 horas del brote y cuya sensibilidad es del 50 al 70%, por lo que puede dar falsos negativos. También está la opción del PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), que detecta el ADN del virus incluso con una mínima carga viral, con una sensibilidad mayor al 95%, lo que le convierte en el método más fiable. Además, se puede realizar un examen de sangre de serología, que identifica los anticuerpos contra el VHS-1 o VHS-2 (IgG), por lo que es útil para detectar infecciones pasadas o asintomáticas.
Por último, se realiza un diagnóstico diferencial, en el que se debe distinguir de otras condiciones como la sífilis, el chancroide o la dermatitis alérgica.
Herpes genital y salud femenina
Efectos en la fertilidad
El herpes genital no causa infertilidad en las mujeres, pero las lesiones activas si pueden dificultar e incomodar o incluso causar dolor, por lo que muchas veces no permiten disfrutar de las relaciones sexuales.
Herpes genital durante el embarazo
El herpes genital en mujeres constituye un riesgo de transmisión al bebé durante el parto, lo que se conoce como herpes neonatal, que es grave aunque muy poco muy común. Por ello, si hay un brote activo, se recomienda un parto por cesárea. Como prevención, el tratamiento antiviral en el tercer trimestre del embarazo puede reducir los riesgos.
Herpes y relación de pareja
La comunicación abierta en la pareja es clave, se debe usar preservativo, lo que reduce el contagio aunque no lo evita al 100% y se debe evitar mantener relaciones sexuales durante los brotes.
Tratamiento para el herpes genital en mujeres
En primer lugar, se usa tratamiento farmacológico. Los antivirales orales son la primera línea. También se pueden tomar como terapia supresiva.
En segundo lugar, se deben manejar los síntomas. Para el alivio del dolor se recomiendan los baños de asiento con agua tibia y sal, y tomar analgésicos.
En tercer lugar, el tratamiento se enfoca en la prevención de complicaciones. En embarazadas, se suprime el virus con medicamentos antivirales desde la semana 36 para evitar la cesárea. En las pacientes inmunodeprimidas se usan dosis más altas y prolongadas de antivirales.
¿Tiene cura el herpes genital?
No, ya que es una infección que se queda en el cuerpo, pero con tratamiento adecuado se puede llevar una vida normal. Algunas mujeres experimentan menos brotes con el tiempo.
¿Cómo prevenir el herpes genital?
Estrategias basadas en barreras
Para prevenir el herpes genital en mujeres, se pueden usar estrategias basadas en barreras, como el uso correcto de preservativos (reduce el riesgo en un 50%, pero no elimina totalmente el contagio, ya que el virus puede estar en áreas no cubiertas) y las barreras de látex bucales para practicar sexo oral.
Reducir riesgos
También se deben reducir los riesgos conductuales, por lo que se recomienda mantener una buena comunicación con la pareja para discutir abiertamente el estado de ITS antes de mantener relaciones sexuales y mantener una monogamia mutua, ya que limitar las parejas sexuales reduce la exposición.
Medidas inmunológicas
Se pueden tomar medidas inmunológicas y farmacológicas como la terapia antiviral supresiva en parejas discordantes (la persona infectada toma antivirales diarios para disminuir la transmisión). Y si bien en la actualidad aun no hay una vacuna aprobada, los ensayos clínicos con vacunas terapéuticas (como GEN-003) muestran resultados prometedores.
Educación
También es importante mantener una buena educación concienciación, con programas de salud pública que normalicen el testing rutinario de ITS y acceso a información veraz para combatir el estigma asociado al herpes.

Preguntas frecuentes (FAQs)
¿El herpes genital es peligroso?
En general, no, pero puede ser grave en recién nacidos o personas con inmunodepresión.
¿Cuánto dura un brote de herpes en mujeres?
El primer brote dura 2-4 semanas, los recurrentes 5-10 días.
¿Se puede contagiar el herpes sin síntomas?
Sí, a través del desprendimiento asintomático del virus.
¿El herpes afecta la fertilidad femenina?
No directamente, pero puede complicar el embarazo.
¿Qué alimentos o factores pueden activar un brote?
Un cuadro de estrés puede afectar un brote, así como el consumir arginina en exceso (presente en el chocolate y en frutos secos). La falta de sueño también puede gatillar un brote.
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Conclusión
El herpes genital es una infección común que, aunque no tiene cura, puede manejarse con tratamiento médico y medidas preventivas. Las mujeres deben estar informadas sobre sus síntomas, riesgos y formas de protección para mantener una buena salud sexual. Si sospechas que puedes tener herpes genital, consulta a un médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.