El embarazo debería ser una etapa emocionante en la vida de una mujer, pero no siempre es así y en ciertos casos, se presentan complicaciones que hacen de la gestación algo estresante. Los embarazos de riesgo no son raros, sino que son bastante comunes, pero, hay relativamente poca información sobre ellos. En el artículo siguiente, te estaremos contando que son los embarazos de riesgo, qué tipos hay, como identificarlos, que hacer para prevenirlos y más.
¿Qué es un embarazo de riesgo?
Un embarazo de riesgo es aquel que presenta complicaciones o factores que pueden afectar la salud de la madre y/o del bebé. Hoy en día se estima que aproximadamente el 10% de los embarazos es considerado de alto riesgo.
Tipos de embarazo de riesgo
No existe una clasificación única y universalmente aceptada para los tipos de embarazo de riesgo. Sin embargo, la comúnmente utilizada por los profesionales de la salud agrupa los embarazos de riesgo en dos categorías principales:
Embarazo de riesgo moderado
En este grupo se encuentran las mujeres que presentan uno o dos factores de riesgo para el desarrollo de complicaciones durante el embarazo. Algunos ejemplos de factores de riesgo moderado incluyen:
- Edad materna mayor a 35 pero menor a 40.
- Antecedentes de un parto prematuro previo.
- Embarazo múltiple (gemelos o trillizos).
- Presión arterial alta leve.
- Diabetes gestacional.
Las mujeres con embarazos de riesgo moderado generalmente requieren controles prenatales más frecuentes y un monitoreo más cercano que las mujeres con embarazos de bajo riesgo. En algunos casos, también pueden requerir tratamiento médico para controlar el factor de riesgo que posean.
Embarazo de alto riesgo
En este grupo se encuentran las mujeres que presentan tres o más factores de riesgo para el desarrollo de complicaciones durante el embarazo, o que presentan un factor de riesgo grave, por ejemplo:
- Edad materna menor de 16 años o mayor de 40 años.
- Antecedentes de preeclampsia grave o eclampsia.
- Antecedentes de parto prematuro extremo (menos de 32 semanas).
- Diabetes preexistente.
- Enfermedad cardíaca grave.
- VIH/SIDA.
Causas de un embarazo de alto riesgo
En líneas generales podemos decir que las causas de un embarazo de alto riesgo suelen ser:
Edad de la madre
Las madres mayores de 35 años pueden presentar problemas como fibromas, hipertensión arterial, mayor riesgo de anomalías cromosómicas en el feto y complicaciones con la anestesia. Por otro lado, las madres menores a 17 años tienen un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia, una condición que es peligrosa tanto para la madre como para el bebé.
Peso y altura de la madre
Un bajo peso (menos de 45 kg) hace que sea más probable tener un bebé con bajo peso al nacer. En cambio, por otro lado, la obesidad aumenta el riesgo de diabetes gestacional. Además, las madres que miden menos de 1,60 m y tienen una pelvis pequeña tienen mayor probabilidad de parto prematuro.
Anomalías del aparato genital
Los problemas en el útero o los ovarios, como los fibromas, a veces causan complicaciones durante el parto, presentaciones anormales del feto, partos prematuros o abortos espontáneos.
Salud de la madre
Las enfermedades preexistentes, como hipertensión arterial, cardiopatías, enfermedades de la tiroides, diabetes, enfermedades renales, enfermedades respiratorias y problemas de coagulación, aumentan el riesgo de abortos y otras complicaciones durante el embarazo.
Exposición a sustancias
Sustancias como ciertos fármacos, alcohol, cocaína y radiaciones (rayos X, UVA, UVB) pueden interferir en el desarrollo fetal y provocar anomalías congénitas.
Síntomas de embarazo de riesgo
Los síntomas de un embarazo de riesgo cambian de mujer a mujer. Sin embargo, existen algunos síntomas o signos que podrían estar indicando que las cosas no están tan bien como deberían y son:
- Cualquier sangrado vaginal durante el embarazo, sin importar la cantidad, debe ser motivo de consulta médica inmediata.
- Dolor abdominal o dolor en bajo vientre como en la menopausia que no se alivia con descanso o que se intensifica con el tiempo acompañado de dolor en los pezones
- Cambios en el movimiento fetal
- Hinchazón excesiva en la cara, las manos o los pies.
- Dolor de cabeza intenso y persistente.
- Problemas para respirar.
- Náuseas y vómitos intensos que no se controlan con medicamentos.
- Fiebre alta.
- Escalofríos.
- Diarrea durante muchos días.
Factores de riesgo para un embarazo de alto riesgo
Excluyendo las causas más comunes de embarazos de alto riesgo que nombramos más arriba, los factores de riesgo para desarrollar un embarazo de alto riesgo son:
Hábitos poco saludables
El consumo de sustancias teratogénicas como el alcohol, la cocaína, ciertos fármacos y la exposición a radiaciones puede afectar negativamente el desarrollo fetal y aumentar el riesgo de anomalías congénitas.
Complicaciones obstétricas
Antecedentes de partos prematuros, abortos espontáneos, embarazos múltiples (gemelos, trillizos o más) y complicaciones como placenta previa o desprendimiento prematuro de placenta elevan el riesgo en embarazos actuales.
Historia reproductiva
Antecedentes de embarazos de alto riesgo, partos prematuros o bebés con bajo peso al nacer son indicadores importantes que pueden predisponer a riesgos en embarazos futuros.
¿Se puede prevenir un embarazo de riesgo?
Aunque no es posible eliminar por completo el riesgo de tener un embarazo de alto riesgo, existen medidas que logran reducirlo significativamente. Estas medidas son:
Consulta con tu médico
Si tienes alguna condición médica preexistente, como diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas, es fundamental que consultes con tu médico antes de intentar quedar embarazada. El médico te ayudará a controlar tu condición y a realizar los ajustes necesarios para asegurar un embarazo saludable.
Adopta un estilo de vida saludable
Mantén una dieta balanceada, rica en frutas, verduras y proteínas, al tiempo que realizas actividad física regular adecuada para tu estado y evita el consumo de alcohol, tabaco y drogas. Estos hábitos mejorarán tu salud general y crearán un entorno más seguro para el desarrollo del bebé.
Toma ácido fólico
Comienza a tomar un suplemento de ácido fólico de 400 microgramos al día al menos un mes antes de intentar quedar embarazada. El ácido fólico es crucial para prevenir defectos del tubo neural en el bebé.
Realízate pruebas prenatales
Si tienes un mayor riesgo de tener un bebé con un trastorno genético, pídele a tu médico que te recomiende pruebas prenatales como la amniocentesis o la muestra de vellosidades coriónicas (CVS). Estas pruebas te proporcionarán información valiosa sobre la salud del bebé y te ayudarán a planificar el cuidado necesario durante el embarazo.
Evita sustancias nocivas
Evita por completo el consumo de alcohol, tabaco y drogas. También limita la exposición a sustancias químicas y radiaciones que puedan ser perjudiciales para el bebé.
¿Qué hacer si tengo un embarazo de alto riesgo? Cuidados
Si te han diagnosticado un embarazo de alto riesgo, es comprensible que te sientas preocupada, pero, recuerda que con el cuidado y seguimiento adecuados, la mayoría de los embarazos de alto riesgo culminan en nacimientos saludables. Nuestras recomendaciones son:
Confía en tu equipo médico
Tu médico y el resto del personal de salud que te atienden están capacitados para brindarte el mejor cuidado posible. Confía en ellos y sigue sus instrucciones. No dudes en hacer preguntas si tienes alguna duda o inquietud sobre tu embarazo.
Asiste a todas tus citas prenatales
Las citas prenatales son aún más importantes en un embarazo de alto riesgo. Estas citas permiten monitorear de cerca tu salud y la de tu bebé, así como identificar posibles complicaciones de manera temprana. No faltes a ninguna cita y sigue todas las recomendaciones que te brinde tu equipo médico.
Sigue un plan de cuidados específico
Es posible que tu médico te recomiende seguir un plan de cuidados específico para tu situación. En este plan podrían estar incluidos cambios en tu estilo de vida, así como ajustes en la dieta, la actividad física y la gestión del estrés. Sigue estas recomendaciones al pie de la letra para optimizar tu salud y la de tu bebé.
Controla tus síntomas y comunica cualquier cambio
Presta atención a cualquier síntoma o señal que experimentes y comunica de inmediato cualquier cambio a tu equipo médico. No ignores los síntomas, por pequeños que parezcan, ya que pueden ser indicativos de una complicación que requiere atención médica.
Evita el estrés
El estrés logra tener un impacto negativo en tu salud y la de tu bebé, por lo que es importante encontrar formas de manejarlo. Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda, y si consideras que lo necesitas, busca el apoyo emocional de familiares y amigos.
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Conclusión
En conclusión, enfrentar un embarazo de riesgo puede ser estresante, pero con la información adecuada y el apoyo médico correcto, se vuelve más fácil. Es fundamental que las mujeres embarazadas sean conscientes de los factores de riesgo y los síntomas de advertencia, y que sigan rigurosamente las recomendaciones de los profesionales de la salud. Al final, la clave radica en la educación, la prevención y el acceso a servicios médicos de calidad para asegurar que todas tengan la oportunidad de disfrutar de un embarazo lo más seguro y saludable posible.